La formación tiene que evolucionar


La formación que viene: cómo corregir el ‘gap’ entre la educación y las necesidades de las empresas

El empleo que viene

ISABEL MUNERA, 

El futuro del trabajo pasa por unir formación tecnológica y artística

No temas a los robots, tu empleo está a salvo si sigues formándote

Estudiantes en la escuela de formación profesional de Seat en Barcelona. ELENA RAMÓNEXPANSIÓN

 

Pese a que hay casi 3,8 millones de parados, más de un 56% de las empresas asegura tener problemas para cubrir sus vacantes, según un estudio elaborado por Infoempleo y Adecco. Y, ¿cómo es esto posible? Sin duda, el desajuste entre la formación que ofrece el sistema educativo y las necesidades empresariales tiene mucho que ver en las dificultades que encuentran las compañías para encontrar perfiles adecuados, especialmente para algunos puestos más especializados.

Pero, además, «las elecciones educativas», afirma un informe de Randstad Research, «no siempre están sincronizadas con las necesidades de capacitación (futuras) de la economía».

Por tanto, una de las tareas pendientes para aumentar la empleabilidad y afrontar con éxito los desafíos de la era digital pasa por acabar con este ‘gap’ a través de una reforma del sistema educativo y mejorando la orientación profesional.

Ahora bien, precisa Fernando Martínez Gómez, director gerente de la Fundación Universidad Empresa (FUE), «aunque las reformas educativas siempre son necesarias, a veces no son tan rápidas como deberían, de ahí que la formación continuada e innovadora sea clave para que los jóvenes puedan adquirir los conocimientos especializados que necesitan para cumplir con las necesidades del mundo empresarial y del mercado en general».

Desde hace 45 años, esta institución sin ánimo de lucro que dirige se dedica a «escuchar, entender y proponer mejoras en aquellas áreas que demandan las empresas para que las universidades las recojan y propongan cambios».

En un reciente informe, el Consejo Económico y Social (CES) ya advertía de la necesidad de llevar a cabo «un mayor esfuerzo inversor para que el sistema educativo se convierta en el medio básico para proveer las cualificaciones requeridas por los trabajadores de cara al sistema productivo y para facilitar la adaptación a un entorno rápidamente cambiante, global y digitalizado». Todo ello, prosigue el CES, «con el fin de mejorar la empleabilidad y facilitar el mejor ajuste entre la oferta y la demanda de cualificaciones y competencias».

Competencias más demandadas

Para lograr este objetivo, los expertos coinciden en que desde la educación obligatoria se debería empezar a trabajar en las competencias que cada vez más demandan las empresas como ser capaz de comunicar de manera eficaz, el pensamiento crítico, la capacidad para resolver conflictos, la flexibilidad para adaptarse a los cambios constantes, el trabajo en equipo, la curiosidad por formarse y aprender. Todo con la intención de fomentar desde la infancia una actitud de aprendizaje permanente.

Para Martínez, los programas de talento que ofrece la FUE, las prácticas y la formación adicional son fundamentales porque facilitan la incorporación de los jóvenes al mundo laboral y les permiten adquirir las competencias transversales que demandan las empresas.»Toda la formación que diseñamos se basa en la Innovación, la colaboración y el fomento de la creatividad y se diseña conjuntamente con los departamentos de recursos humanos de las propias empresas, justamente para reducir ese ‘gap’ existente», subraya.

Y si la formación continua será uno de los ejes sobre los que pivotará el empleo del futuro, fortalecer los conocimientos Steam (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, junto al Arte y el Diseño) en nuestro sistema educativo debería estar también entre las prioridades en la agenda de cualquier Gobierno para reducir la brecha digital y evitar la expulsión de más trabajadores del mercado laboral.

Perfiles técnicos y especializados

Asimismo, se debería impulsar la formación profesional, en especial, la dual (que combina la formación en el centro educativo y en la empresa), porque casi el 90% de los 2,6 millones de empleos que se creen en los próximos 10 años, según ManpowerGroup, tendrá un componente técnico y de alta especialización, y requerirán mayoritariamente una titulación en FP.

Pero, además, una verdadera orientación profesional será fundamental para que los jóvenes conozcan sus distintas opciones y las necesidades reales del mercado y evitar que nos encontremos con un problema aún mayor de sobrecualificación, en el que los trabajadores con grados universitarios se vean obligados a trabajar en empleos de menor cualificación al no encontrar ofertas relacionados con su titulación.

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