Gabriel Colomé: «Cuanto más bienestar vuelva, habrá menos Podemos y menos independentismo»
Puestos a escoger un héroe, mejor el troyano Eneas, que fue el padre de Roma.
El PSC tenía la posición más complicada, porque tiene las dos culturas, como la propia Cataluña. El alma catalanista de izquierdas y la obrerista. Cuando se le obliga a elegir, entra en la crisis. La primera reacción de Pere Navarro [primer secretario de 2011 a 2014] cuando estalló la cuestión identitaria fue la de que debíamos abstenernos siempre, porque no era la batalla del PSC. Y, visto con perspectiva, no era ninguna tontería. Claro que lo que no podía pensar Mas es que lo que acabaría destruyendo es lo que parecía indestructible, CiU. Yo suelo decir que alguien debería recordar que solo Ulises llegó a la isla, a Ítaca. Puestos a escoger un héroe, mejor el troyano Eneas, que fue el padre de Roma.
Culpar solo al PP del desaguisado es incorrecto. El otro responsable es Mas: es quien ha destruido el sistema político catalán
Mas intentó dinamitar al PSC. Su primer ataque se dirige a destruir uno de los dos pilares sobre los que se había cimentado el sistema político catalán [PSC y CiU], convencido de que así fortalecía el suyo. Pero el suyo, CiU, quedó totalmente destruido y el otro, el PSC, debilitado. Ha sido ERC quien ha capitalizado ese viaje, porque es el original.
Stéphane Dion estuvo en Barcelona y nos dijo tres cosas que nos impactaron. Uno, «no negocien jamás con los independentistas». Un independentista solo quiere una cosa que no se le puede dar, la independencia. Dos, «piensen en las causas por las que ha crecido el independentismo y búsquenles una solución». Buena parte del independentismo es económico, se debe a la percepción de agravio comparativo, de maltrato. Tres, «jamás, jamás permitan un referéndum, no abran esa puerta». Si se abre, nos decía, no es cierto que vaya a haber un solo referéndum y ya está. Lo habrá cada poco tiempo, como sucedió en Canadá [1980 y 1995] o en Escocia [tras el Brexit, los secesionistas plantearon una nueva consulta, que aparcaron tras su batacazo en las legislativas de este año], hasta que consigan ganarlo, y ninguna sociedad se puede permitir estar en tensión permanente. Hay que buscar otros mecanismos de integración, no el referéndum.
La única salida, por tanto, es reformar la Constitución, ni más ni menos, y acabar con la coletilla de ‘régimen de 1978’, como si fuera algo malvado o dañino.