La fotografía como obra de arte
Actualmente la fotografía está considerada como un arte más, esto es, la cámara fotográfica al igual que el pincel y el lienzo se ha convertido en una herramienta imprescindible para que muchos artistas expresen sus emociones. Pero al igual que la mayoría del arte contemporáneo en la fotografía la idea que se vende es incluso más importante que la propia obra. Es decir, que la idea de la obra prevalece sobre sus aspectos formales.
Así, la fotografía artística más allá de su belleza nos hace cuestionarnos y plantearnos una serie de preguntas. Sino lo consigue sólo será una hermosa imagen más, que será relegada a ser únicamente observada y olvidada, como algunas de las imágenes que imperan en este mundo cuya democratización de la fotografía ha creado una sociedad acostumbrada a ver, pero no a fijarse en las imágenes que están a nuestro alrededor.
Por ejemplo, Miguel Oriola dice en su web
La fotografía es hoy el arte. Y como el arte, libre. El artista construye imágenes lentas que se oponen a la estética de la instantánea. […] La fotografía pasa a ser el soporte donde el autor expresa su discurso y no el objeto de adoración por sus gamas de grises y otros alardes técnicos o compositivos
Es decir, en la fotografía como todo arte el concepto y la coherencia del discurso toma una importancia relevante a la hora de realizar la fotografía, de crearla. Podríamos decir que está visión de la fotografía como arte viene heredada de la década de los 60 cuando los artistas parecían más preocupados por el concepto y la idea que en la propia materialización de la obra.
Por ejemplo, hay artistas que hacen uso de la fotografía para expresar sus emociones. Muchas de está fotografías a lo mejor no son muy brillantes ni estética ni técnicamente, pero tienen un concepto muy potente, tal es la fuerza en la idea que hay detrás del trabajo que consigue eclipsar las carencias estéticas de la imagen. Por otro lado nos encontramos imágenes realizadas por fotógrafos artísticos que son de tal belleza que se convierten en arte por si solas, por su hermosura y su perfecta realización a la hora de tomar la foto.
Pero seamos realistas, una fotografía artística sólo será aquella que cumpla los dos requisitos, aquella que puede ser evaluada tanto por su realización como por el concepto que quiere transmitirnos.
La fotografía como instrumento de trabajo
John Baldessari, el arte de la apropiación
Como podemos ver en el vídeo que abre el post, Baldessari es el artista de la apropiación de imágenes, mezclando en sus trabajos fotografías propias con aquellas imágenes procedente de diversas fuentes, como las extraídas de los medios de comunicación.
Baldessari consigue, mediante este collage de imágenes, dotar a las fotografías de un nuevo significado, en algún caso ayudado por los textos que inserta en sus obras, creando de esta manera, un metalenguaje dentro de la obra. Podríamos decir que nos propone a través de su trabajo una nueva forma de ver el mundo, un mundo complejo y fragmentado.
Arnulf Rainer, el arte del intervencionismo
El austriaco Arnulf Rainer, comenzó su obra más característica influenciado por las ideas del automatismo surrealista, movimiento pictórico que apelaba a la supresión del control racional en la composición de la obra, dejando al artista libertad total para crear. Así Rainer, bajo estas ideas comenzó a finales de los 60 a intervenir sus histriónicos autoretratos de fotomatón con tachones, garabatos y pinturas.
En estas intervenciones, que continúa aun en día trabajando en ellas, juega con el doble sentido acentuado muchas veces por el título, así como con la idea de la muerte. Esto es, el artista sufre una doble inmolación, por un lado el retrato de fotomatón es amordazado en un gesto de dolor, de cierta violencia que produce temor, y por el otro lado es inmolado por el hecho de marcar, de manipular la superficie de la imagen y transgredir, de esa manera, las modernas teorías sobre que es el arte y que es la fotografía.
La fotografía como obra de arte en sí misma
Jan Dibbets, el Land Art como excusa de una bella imagen
Jan Dibbets es un artista holandés muy reconocido, sobretodo, en Francia gracias a su proyecto Hommage Arago entre otros trabajos realizados en París. La obra de Dibbets tiende al arte más conceptual y efímero como el Land Art, no obstante estos proyectos son una excusa para realizar la fotografía deseada.
Es decir, para Dibbets la fotografía es la obra de arte y no es la herramienta que sirve para documentar su trabajo efímero, sino que es al revés. Por tanto, sus arduos proyectos y sus performance se convierten en una intervención puramente visual, relegando de esta manera a la propia performance e intervenciones paisajistas a mero instrumento para poder captar la imagen fotográfica ideal.
Jeff Wall, el arte de la escenificación
Jeff Wall conocido fotógrafo por sus bellas imágenes planificadas y escenificadas como si se tratará de un fotograma de alguna película, pertenece a un grupo de fotógrafos surgidos en Vancouvert que se acercaban a una fotografía más documental, sin perder su aura artística. Así, Wall es uno de esos artistas en cuya imagen la importancia reside en su hermosura y no tanto en su concepto.
No obstante, a pesar de su negación a seguir con la moda del arte conceptual, el minimalismo o la reapropiación, entre otros movimientos vanguardistas, se le ha considerado como uno de los padres del fotoconceptualismo debido a la teatralización de sus imágenes tan pensadas compositivamente.
En Resumen
Seguramente hay mucho más fotógrafos que ilustren mejor estos ejemplos, pero personalmente los cuatro mencionados me interesan por su forma de trabajar y por el contexto en que surgieron, cuando la fotografía y el arte empezarón a mezclarse y a unirse.
Así pues, espero que encontréis interesante el artículo y aportéis vuestra opinión sobre lo que es para vosotros la fotografía artística.
Christian Franzen Nissen:
‘Un danés en la Corte del rey Alfonso’