La economía azul es un planteamiento que afecta de manera global a empresas y emprendedores. La idea fundamental de estos planteamientos es que las empresas sean eficientes a la hora de producir bienes y servicios.
Así pues, la economía azul busca sacar el máximo partido a los recursos disponibles, todo ello sin olvidar que los residuos también tienen que ser aprovechados. Y es que para la economía azul, los residuos son considerados otra fuente de riqueza.
Esta idea se gestó en 1994, cuando Gunter Pauli se desplazó a Japón para participar en el diseño de un modelo económico respetuoso con el medio ambiente, después de que Pauli hubiese creado la primera fábrica ecológica del mundo en Bélgica.
Las familias denuncian que la mala planificación deja a niños de P-3 fuera de la pública
La Fapac critica que el Consorci d’Educació no haya previsto suficiente oferta en centros públicos. Sants, Eixample, Gràcia y Guinardó son las zonas más afectadas por la escasez de vacantes
Salida de alumnos del colegio Miquel Bleach, en Sants, este lunes. / JOAN CORTADELLAS
Pese a que las listas definitivas no se conocerán hasta el 12 de junio y la oferta disponible en segunda vuelta hasta este miércoles, las familias con niños de tres años tienen a estas alturas un máster en planificación escolar. A la fuerza ahorcan. No son pocas las que ya saben que sus pequeños se han quedado fuera o -mal menor- del colegio público que habían elegido o -en el peor de los escenarios- de cualquier colegio público en su barrio. La tendencia no es nueva, pero se consolida. Las familias confían cada vez más en la escuela pública y no hay suficientes plazas para absorber la demanda creciente. Ante esta situación, la federación de asociaciones de padres de alumnos de Catalunya, la Fapac, hace un llamamiento a las familias afectadas por la falta de plazas públicas a negarse a escoger una escuela concertada.
Este filósofo, crítico con la tecnología, aborda las consecuencias sociales de la transformación digital y apela a los valores humanos para mejorar todos los avances técnicos
La vida filosófica de Andoni Alonso (Vitoria, 1966) comenzó con su admiración por Ludwig Wittgenstein y ha derivado en sus pensamientos críticos hacia la tecnología. Como explica, criticarla no implica nada negativo, sino comprender cómo funciona, cómo se relaciona con el entorno laboral y económico. “He visto que, durante los últimos 20 años, han irrumpido elementos que no habíamos previsto y no me gustan. Son absolutamente negros”, comenta durante la entrevista. Pese a gozar del título de filósofo, prefiere huir de este término tan serio. Para él, sería mejor hablar de pensadores que buscan las raíces de los problemas.
¿El ser humano puede asimilar la velocidad a la que se producen los cambios tecnológicos?
El ritmo al que funcionamos es trepidante. No creo que haya capacidad humana para asimilar las innovaciones. Es imposible tener una idea global. Siempre estamos en lo último. ¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión ‘última generación’ para todo? Pero, en realidad, no existe. Es un aparente cambio constante sin finalidad. No sacamos ningún rendimiento ni comprensión. Todo es provisional. Siempre nos hallamos en el parche que arregla lo anterior, como si fuera un parche constante.
Me parece escandaloso que hablemos de economía colaborativa. Es un poco como de juerga. Por colaborativa imaginamos que los ciudadanos pagan impuestos y el primer cebo de compañías como Uber o Cabify es justo lo contrario, no pagarlos.La tecnología es solo una forma de llevar a cabo este programa económico, que ya existía previamente. Si Rockefeller hubiera visto estas nuevas plataformas, habría encontrado su sueño húmedo.
Disponer de mayor información no es sinónimo de mayor conocimiento…
En nuestra sociedad actual parece que hemos elevado la mediocridad a plaga de VIRUS por las características que posee: es persistente, contagioso, resistente, elusivo y muy común, llegando a modificar incluso el ADN de las estructuras de la sociedad.
Lo peor de esta situación es que la mediocridad socava la sociedad en la que vivimos y nos convierte en un rebaño de ovejas fácilmente manipulable, especialmente susceptible de ser causado por los medios de comunicación existentes que no miran la calidad de lo que ofrecen sino los niveles de las audiencias, el clientelismo y la manipulación. Continuar leyendo “Manifiesto contra la mediocridad”
En muy poco tiempo esta teoría ha adquirido una gran relevancia para los profesionales de los recursos humanos ya que ofrece una metodología para fomentar la innovación especialmente dentro de las empresas y organizaciones en cualquier proyecto colaborativo que emprendan.
La ignorancia de Ada Colau queda en evidencia en la fiesta de EL MUNDO
EMILIA LANDALUCE
Ada Colau estuvo en la fiesta de EL MUNDO Marta PérezEFE
Juan Abreu es habitual en esta sección. Hace unos meses nos referimos a De sexo (Hypermedia), uno de los pocos libros en los que se glosa con sutil precisión a qué debe oler el placer. El pasado martes, en Emanaciones relató otro episodio relativo a las grandiosidades de Arcadi Espada. “Anoche, en la ya mítica fiesta que ofrece EL MUNDO en las trastiendas laberínticas del Dry Martini, con motivo de Sant Jordi, tuvo lugar el encuentro. Bebíamos un vinillo blanco y reíamos apretados entre el gentío y yo acababa de decirle algo a una tetona espléndida junto a la barra, cuando Espada de súbito, y mesándose el cabello de forma feroz, lo que me hizo temer lo mejor, exclamó: ‘Vamos a hablar con la alcaldesa’ [Ada Colau]. Las calles y los monumentos dedicados a los fachas era el tema. Yo seguía la conversación entre el barullo del mundillo intelectual y a retazos iba enterándome del repaso histórico que Espada le daba a la alcaldesa. ¡Pero Cambó financió la Guerra Civil! Y la ignorancia abisal de la alcaldesa en ese punto afloró a su rostro cual alcantarilla desbordada. Santo cielo qué momento. Las asistentes retrocedían aterradas. El hirsuto a sueldo trató de intervenir, ¡infeliz!, pero Espada lo mandó a estudiar Historia. Así mismo. Ud., a estudiar Historia. Soberbio, soberbio. La alcaldesa no atinaba a decir nada. ¡Qué iba a decir! ¡Había tropezado con la Historia! Y la Historia es implacable. Ponía cara de estar en Babia, y sin duda lo estaba. Y la Historia (la lección de Historia), implacable, seguía su curso. ¡Cambó! ¡Cambó! Clamaba la Historia. ¡Financiador de la Guerra Civil! ¡Y tiene monumento! Qué. Atrévase con Cambó, señora alcaldesa. Proponía Espada”.