Andoni Alonso: “Me parece escandaloso que hablemos de economía colaborativa.
Por Jorge G. García
Este filósofo, crítico con la tecnología, aborda las consecuencias sociales de la transformación digital y apela a los valores humanos para mejorar todos los avances técnicos
La vida filosófica de Andoni Alonso (Vitoria, 1966) comenzó con su admiración por Ludwig Wittgenstein y ha derivado en sus pensamientos críticos hacia la tecnología. Como explica, criticarla no implica nada negativo, sino comprender cómo funciona, cómo se relaciona con el entorno laboral y económico. “He visto que, durante los últimos 20 años, han irrumpido elementos que no habíamos previsto y no me gustan. Son absolutamente negros”, comenta durante la entrevista. Pese a gozar del título de filósofo, prefiere huir de este término tan serio. Para él, sería mejor hablar de pensadores que buscan las raíces de los problemas.
¿El ser humano puede asimilar la velocidad a la que se producen los cambios tecnológicos?
El ritmo al que funcionamos es trepidante. No creo que haya capacidad humana para asimilar las innovaciones. Es imposible tener una idea global. Siempre estamos en lo último. ¿Cuántas veces hemos escuchado la expresión ‘última generación’ para todo? Pero, en realidad, no existe. Es un aparente cambio constante sin finalidad. No sacamos ningún rendimiento ni comprensión. Todo es provisional. Siempre nos hallamos en el parche que arregla lo anterior, como si fuera un parche constante.
Me parece escandaloso que hablemos de economía colaborativa. Es un poco como de juerga. Por colaborativa imaginamos que los ciudadanos pagan impuestos y el primer cebo de compañías como Uber o Cabify es justo lo contrario, no pagarlos. La tecnología es solo una forma de llevar a cabo este programa económico, que ya existía previamente. Si Rockefeller hubiera visto estas nuevas plataformas, habría encontrado su sueño húmedo.