Piensa el Ladrón que todos son de su misma Condición? el caso de Holanda, Irlanda y Luxemburgo

La Comisión reabre el debate sobre paraísos fiscales en plenas negociaciones entre bloques

Recomienda a los estados miembro no dar ayudas a aquellas empresas vinculadas con ellos

La vicepresidenta de la Comisión y responsable de Competencia, Margrethe Vestager (EP)
Piergiorgio M. Sandri, Barcelona,

En las negociaciones europeas de estas horas planea un fantasma. Se palpa en el aire y es uno de los numerosos escollos que impide los acuerdos. Esta semana, haciendo gala de un discutible don de la oportunidad –al estar el debate sobre el plan de reconstrucción en un momento clave–, la Comisión Europea ha recomendado a los estados miembros que no presten ayuda económica pública a aquellas empresas que tengan vínculos con paraísos fiscales.

Hasta ahora, sólo algunos Estados miembros como Francia o Dinamarca –pero no España– anunciaron que adoptarían este criterio. Bruselas pretende que el resto de socios sigan esta misma línea para evitar desajustes y distorsiones en el mercado único.

Sin embargo el Ejecutivo comunitario se mete en un terreno muy pantanoso y fuente de polémicas. ¿Qué es un paraíso fiscal? Para la UE, los llamados territorios que no cooperan son países terceros. Su selección se remonta al pasado mes de febrero: Fiji, Guam, Oman, Samoa, Trinidad y Tobago, Islas Vírgenes, Vanuatu, Islas Cayman, Palau, Seychelles y Panamá.

Nadie duda de que sean lugares paradisíacos , pero llama la atención las ausencias. Como se ve, de esta lista quedan excluidos algunos países que sí están sentados en la mesa de negociaciones estos días. Y que constituyen el grueso del malentendido y del doble rasero comunitario.

Propuesta

Bruselas invita a no ayudar a empresas que se relacionan con países de baja tributación

Tal como publicó en un estudio en plena pandemia el académico Gabriel Zucman de la Universidad de Berkeley junto a su colega Ludig Vier y Thomas Tørsløv de la Universidad de Copenhague (titulado The missing profits of nations ), alrededor del 80% de las ganancias empresariales de la UE se trasladan a Irlanda, Luxemburgo y Países Bajos. Y no para hacer turismo exactamente, sino para aprovechar de sus generosos mecanismos de elusión fiscal que reducen la carga tributaria para las multinacionales.

Según explicaba a este diario la plataforma Tax Justice Network, “la lista negra de jurisdicciones no cooperativas de la UE por diseño no tiene en cuenta a los países de la Unión. Estos criterios, con estas omisiones, son demasiado débiles para proteger a los contribuyentes. La selección de la UE ha cubierto como mucho el 10% de los servicios de secreto financiero del mundo”.

De acuerdo con el estudio de Zucman, España pierde el 12% de su impuesto de sociedades a causa de la ingeniería financiera que se lleva a cabo… ¡dentro de la misma UE!. En números, hablamos de 3.150 millones de euros. Pero también se pierden beneficios, que se trasladan fuera de las fronteras: 12.600 millones de euros.

En particular, llama la atención el caso de los Países Bajos, uno de los países más reacios –como se ha visto en proporcionar ayudas directas a los países del sur, cuando, en la práctica, su sistema tributario permite rebajar la carga fiscal sobre las empresas hasta una horquilla de entre el 1% y el 10% nada más. Holanda acapara casi la mitad de todo el importe tributario que España pierde dentro de la UE a causa de la elusión fiscal. Según datos del ICEX, con fecha del pasado 31 de mayo, todas las grandes firmas españolas tienen una presencia establecida en Holanda: Santander, Endesa, Gas Natural, Repsol y Telefónica, entre otras.

Mientras que los holandeses ingresan el 39% de su impuesto de sociedades gracias a estos movimientos corporativos, es Luxemburgo quién se aprovecha más, ya que el 58% de sus ingresos fiscales de sociedades proceden de este dinero viajero de las multinacionales.

Olvidos

La UE obvia el caso de Holanda, Irlanda y Luxemburgo y entorpece los pactos

En este contexto, se entiende cómo el debate entre los países frugales y los derrochadores esté condicionado por una competencia fiscal desleal. Y Bruselas, con sus listas, en lugar de apagar el fuego, lo enciende.

 

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