La Sanidad se ha privatizado

Pólizas ‘low cost’ y recortes: cómo la sanidad privada ha llegado al 30% de las operaciones

En los últimos años los asegurados por empresas de salud han crecido en un 14% como consecuencia, entre otras razones, del descontento con la sanidad pública
Foto: Montaje: Enrique Villarino.
Montaje: Enrique Villarino.

Desde 2012 en el Hospital de Móstoles, en Madrid, han empezado a notar dos cosas: la primera, el deterioro de sus servicios como consecuencia de los recortes que arrastran desde el inicio de la crisis. La segunda, cómo muchos pacientes empezaron a cambiar sus citas a cuatro kilómetros de allí, al nuevo hospital de gestión privada Rey Juan Carlos. «Mucha gente nos dice que para esperar seis meses para una prueba se van al otro, que tardan 15 días. Sobre todo, para temas como pediatría, prefieren hacerles una póliza a sus hijos y quedarse tranquilos. Es normal», explica una trabajadora del centro público del sur de la capital.

El caso de Móstoles, con sus dos hospitales, es paradigma de lo que está ocurriendo a nivel nacional. Los años de la crisis han pasado factura a la sanidad pública. El sistemático cierre de camas, las listas de espera interminables y los recortes en personal han dañado la imagen de un sistema sanitario socialmente alabado. Como consecuencia, la fuga de pacientes a la sanidad privada en busca de una atención más ágil se hace patente cada año.

Desde 2013, el número de asegurados en pólizas de seguro ha crecido un 14% alcanzando los diez millones de personas aseguradas. Es decir, uno de cada cuatro españoles ha confiado ya su salud —o una parte de ella— a una compañía o grupo empresarial. De manera paralela, el mercado experimenta una competitividad nunca vista por la entrada de nuevos agentes y las pólizas ‘low cost’.

Imágenes como las inundaciones del Hospital de la Paz hace unas semanas, o los pacientes aguardando en camas por los pasillos de urgencias del centro de Santiago de Compostela son ejemplos de los incentivadores para que muchos decidiesen firmar una póliza en la sanidad privada. «Hay un chiste de Roto que decía que hay que deteriorar todo lo público para demostrar que no funciona. Eso es lo que ha pasado en España», asegura Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de la Federación de para la Defensa de la Sanidad Pública y hasta enero médico de pediatría del Hospital Niño Jesús.

La sanidad privada lleva a cabo ya el 29% de las intervenciones quirúrgicas, registra el 23% de las altas y atiende el 23% de las urgencias

No es el único que acusa a las deficiencias del sector público el crecimiento de la privada. También un informe sectorial del observatorio Informa DKB reconoce esta circunstancia: «El mercado de seguros de salud registrará a corto y medio plazo una evolución positiva sustentada en el buen comportamiento de la demanda, en un escenario de crecimiento del gasto de las familias y de las empresas, aumento de la esperanza de vida y saturación de la sanidad pública«.

La sanidad privada lleva a cabo ya el 29% de las intervenciones quirúrgicas, registra el 23% de las altas y atiende el 23% de las urgencias. Su crecimiento es sostenido en prácticamente todas las comunidades de España, y despunta sobre todo en especialidades quirúrgicas como la traumatología, precisamente donde la pública registra sus índices de espera más elevados.

También el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, que aglutina a las principales compañías del sector, reconoce en su informe anual de 2018 que sus buenas cifras «son pertinaces y los hechos más, cuando las listas de espera son crecientes en el sistema público de salud». Manuel Vilches, su presidente, confirma esta influencia, aunque también apunta a la «mejora en la calidad de los centros, de los profesionales y de la innovación».

Pólizas a 15 euros

Los precios de las pólizas en España son de los más baratos de los países del entorno, con una prima anual de media de 694 euros57 al mes—, muy lejos de lo que debe pagar un estadounidense o un alemán por una asistencia similar. Además, su coste se ha mantenido con escasas subidas durante la crisis. «Está bastante por debajo de los países del entorno porque se extrapola al sueldo de los pacientes. No se pueden cobrar 300 euros al mes por persona si se ganan 1.000», reconoce Vilches. Según el informe anual del IDIS, el 85% de los trabajadores valora que su empresa les ofrezca un seguro de salud, otro de los factores que potencia el incremento.

Hasta hace poco, el buen funcionamiento de la Seguridad Social no había incentivado la búsqueda de alternativas, sobre todo durante las vacas flacas de la crisis. Por eso, la intensa rivalidad entre compañías ha ido ajustando los precios de las pólizas al máximo, y generando agresivas políticas para ampliar sus carteras, como analiza DBK. Actualmente cinco grandes empresas concentran el 70% del mercado, pero cada vez más agentes provenientes de otro tipo de seguros están viendo el filón de la sanidad. Es el caso de Línea Directa, que hace unos meses lanzó Vivaz, su marca para dar cobertura sanitaria que ofrece su póliza más barata por tan sólo 14,90 euros mensuales. O la compañía Néctar, del Grupo HNA, que ofrece cobertura básica por 23 euros al mes bajo el título de seguro ‘low cost’. En términos globales, el sector recaudó 7.748 millones de euros en 2017 en todo tipo de pólizas y según los datos del IDIS, se estima que las pólizas de seguro acaban generando al Sistema Nacional de Salud entre 4.369 y 9.860 millones de euros.

Vivaz es la marca de seguros de salud de Línea Directa.
Vivaz es la marca de seguros de salud de Línea Directa.

Sin embargo, Sánchez-Bayle alerta de la letra pequeña de estos seguros. «Las pólizas son muy engañosas: les ofrecen oro y cuando tiene que utilizarlo se dan cuenta que les han vendido cobre. Muchas veces he recibido pacientes que han ingresado en la privada y a las 48 horas se les acababa la cobertura y se han tenido que ir a la pública. O pagaban el coste de una noche de hospitalización, o se iban. La gente no se da cuenta de que cuando se están contratando los riesgos poco importantes o habituales, el precio se puede bajar mucho, pero hay que tener capacidad para cubrir los problemas que se pueden presentar», continua.

Hacen una selección de riesgos, y al final los problemas importantes acaban en el público

Las comunidades con más penetración de lo privado son Madrid (el 34% de las personas tienen una póliza de seguros), Baleares (30%), Cataluña (29%) y País Vasco (22%), precisamente aquellas con mayor poder adquisitivo per cápita. Sánchez alerta además de que el crecimiento del mercado de la sanidad privada genera una desigualdad entre los que tienen mejores recursos económicos y se lo pueden permitir, y los que no. «Un parado o un pensionista no puede hacer frente a una póliza. Además, tiene otro efecto, y es que si abocas a las personas a hacerse una póliza de seguro, su capacidad de gasto se ve más reducida», añade Sánchez.

Aumento de las pólizas en España. (IDIS)
Aumento de las pólizas en España. (IDIS)

Más hospitales y menos camas

El crecimiento de la sanidad privada ha sido inversamente proporcional a la inversión del PIB en sanidad. En 2018 ha registrado su mínimo histórico con 5,8%, menos todavía que el 6% de 2017. Entre 2010 y 2014, las Comunidades Autónomas redujeron también su inversión en un 11,2%. Hospitales como el Ramón y Cajal han perdido 15 quirófanos, el Clínico 600 camas, 100 en el caso de La Paz y 130 en el de La Princesa. «Hay plantas que cierran de un día para otro, material muy deteriorado o que se rompe y no se renueva… Hace poco tuvimos plantas con pacientes mezclados. Igual tenías a una mujer que acababa de dar a luz y al lado a alguien con fiebre que no sabes ni qué tiene», explica Rubio. «Y claro, el paciente no está a gusto, y se marcha».

Mientras, los hospitales privados suponen ya el 57% de todos los que hay en España, con un total de 451 frente a 337. Sin embargo, tienen solo el 33% de camas del total (51.332). «Se han especializado en lo económicamente rentable: cirugías fáciles, intervenciones no muy complicadas… Hacen una selección de riesgos, y al final los problemas importantes acaban en el publico que se ven todavía más saturados, con enfermos muy complejos y con mucho coste de atención». Desde el sindicato Mats coinciden con esta opinión: «Muchas veces la gente va al privado porque es verdad que es más rápido, pero cuando hay complicaciones, nos los derivan. No perdona, si has operado allí haces el seguimiento y acarreas», explica Rafael Rubio, enfermero del Hospital de Móstoles y miembro del sindicato médico.

Pero el incremento de la demanda de asistencia privada provocó en 2016 un ligero incremento también en sus listas de espera en casi todas sus pruebas respecto al año anterior. «Desde luego tenemos que adecuar nuestra oferta a las demandas y si siguen aumentando los asegurados habrá que adecuarlo, porque tenemos esa flexibilidad para que no crezca. Pero son las fluctuaciones pequeñas de un año para otro y en cualquier caso muy lejanas a la sanidad publica, no es comparable». Mientras que para una operación hay que esperar de media 28 días en la sanidad privada, en la pública se eleva a los 106.

Por eso, la privada reivindica la figura de las concesiones para descongestionar la espera de quienes aguardan por una operación derivándolos a sus centros. «El sistema del concierto público se ha visto penalizado, independientemente del color ideológico, y no entendemos el porqué, es un sistema que se usa en toda Europa. Creemos que la financiación de la salud debe ser pública, pero la provisión no tiene por que serlo exclusivamente; se puede plantear utilizar todos los recursos disponibles a los pacientes», afirma Vilches.

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