El i.lab de Barcelona busca soluciones innovadoras para la atención de las personas mayores
El centro plantea un reto tecnológico como respuesta al envejecimiento de la población
Imagen de una persona mayor / PIXABAY23.06.2019 18:36 h.El i.lab de Barcelona, que es el laboratorio tecnológico y la apuesta del Ayuntamiento de la ciudad para acelerar la innovación urbana sostenible y social, busca soluciones trasformadoras y modelos complementarios o alternativos que se adapten al envejecimiento constante de la población. Con este reclamo, el centro de investigación digital ha planteado el reto ¿Cómo podemos atender de manera efectiva a las personas mayores en situación de dependencia en el marco de las Supermanzanas sociales?
“El laboratorio invita a la comunidad emprendedora y a las organizaciones innovadoras a presentar sus propuestas para este reto tecnológico”, explican desde el Ayuntamiento de Barcelona, que dotará con 20.000 euros de subvención al proyecto seleccionado como ganador.
Según las proyecciones de población publicadas recientemente por el Instituto de Estadística de Cataluña, de los más de ocho millones de habitantes que habrá en la región en el año 2030, más de 1’5 millones serán personas mayores de 65 años de edad. “El envejecimiento será especialmente visible en el número de mayores de 80 años, que pasaría de los 460.000 de 2018 a 567.000 en el 2030”, concluye el informe. Dado que las cifras relativas a personas en edad de jubilación no dejarán de crecer en el medio y largo plazo, el ejecutivo municipal ha decidido comenzar ya a tomar medidas al respecto. “En Barcelona viven casi 350.000 personas mayores de 65 años y se prevé que esta cifra llegue a 420.000 personas en el año 2038, el 25’5 % de la población barcelonesa actual”, en palabras del Consistorio.
26 de septiembre, fecha límite
Una de las principales consecuencias del envejecimiento de la población será el aumento de la demanda de servicios sociales destinados a atender las necesidades del colectivo de personas mayores en situación de dependencia y vulnerabilidad, lo que es un reto para las administraciones públicas. El laboratorio i.lab de innovación urbana, social y sostenible de Barcelona así lo ha visto y lo ha transformado en un concurso digital y tecnológico que busca respuestas originales a este reto. Hasta el 26 de septiembre la comunidad emprendedora y las organizaciones innovadoras llamadas a participar de esta convocatoria podrán presentar sus propuestas. De entre todas ellas, el 15 de octubre se conocerá cuáles has sido los cinco proyectos seleccionados como finalistas y durante la celebración del Smart City Expo Congress de Barcelona del mes de noviembre se sabrá el nombre del ganador. Esa propuesta ganadora que de la solución al reto planteado por el i.lab recibirá 20.000 euros para transformar su idea en un plan piloto que se implemente en la realidad.
Persona necesitada de un servicio asistencial / PIXABAY
El i.lab ha establecido unos requisitos concretos que deben cumplir los proyectos que se presenten al concurso. Para empezar, el laboratorio detalla que todos ellos deben basarse en “metodologías probadas que generen cohesión social, el fortalecimiento de un modelo de economía social y solidaria o mecanismos de colaboración e integración intergeneracional”. El laboratorio de innovación urbana pone como ejemplo la activación de la comunidad para dar apoyo a las personas mayores. Los proyectos, además, deben aportar “soluciones de nuevas tecnologías o robóticas que permitan identificar de manera más efectiva las necesidades de las personas mayores y que mejoren la calidad y el suministro de los servicios, así como los tiempos de respuesta de estas necesidades”.
Las supermanzanas sociales
Estos supuestos de las bases de participación del reto social planteado por el laboratorio urbano se ajustan a su visión de futuro. Tal y como explica el centro de investigación e innovación, la primera fase de la proyección social de la ciudad para los próximos años incluye “dividir Barcelona en unas 300 supermanzanas sociales de unos 6.000 habitantes cada una para prestar servicios de calidad y proximidad a las personas mayores”. En esas supermanzanas, los vecinos envejecerían en viviendas adaptadas a sus necesidades funcionales y emocionales, con independencia de su nivel de renta. La segunda fase ideada por el i.lab sería la de “extender el modelo a otros aspectos esenciales para el bienestar de la comunidad, como el cuidado infantil, la cultura y la educación y nuevas formas de solucionar la accesibilidad a la vivienda”.