Nuestras Economías están pensadas para crecer por Ambición; pero no para prevenir por Solidaridad



César Rangel

“España tenía una sanidad de las mejores antes de los recortes”

Pregunta- Está confinado en Manhattan?

Y, como todo neoyorquino, oigo una ambulancia, cada 20 minutos, que impide olvidar el virus y la muerte.

Pregunta-¿Lo lleva usted bien o sufre?

Estoy más ocupado que nunca. Y me sorprende lo rápido que todos nos adaptamos al teletrabajo. Mis nietos van cada día a clase por ordenador y las clases… ¡son obligatorias!

Pregunta-Y aquí deberían serlo.

Y son colegios públicos. Pero muchos niños en EE.UU. no tienen ordenador niwifi. La pandemia agudiza las diferencias sociales.

Pregunta-¿Cómo se están portando las empresas?

Algunas han dado una paga extra a sus empleados por trabajar más en la pandemia. Y Abigail Disney ha criticado a los directivos de la Disney por despedir a miles de empleados sin antes haberse bajado el sueldo ellos. 

Pregunta-Es una gran empresaria.

La pandemia vuelve a demostrar que nuestras economías están pensadas para crecer por ambición; pero no para prevenir por solidaridad.

Pregunta-¿En qué lo nota?

En que, por imperativo neoliberal, se ha insistido estos años en optimizar el sistema sanitario: en que no tuviéramos más camas hospitalarias de las imprescindibles y que no gastáramos más en prevención. Y, ya ve, ahora nos han faltado.

Pregunta-Ese ha sido un gran debate en España.

Antes de la recesión visité sus hospitales…

Pregunta-Y tenía usted a nuestra amiga Carmen Netzel investigando en Vall d’Hebron.

Y la sanidad que ustedes disfrutaban era de las mejores del mundo hasta que empezaron a recortar su presupuesto… ¿Qué político reivindica aquellos recortes ahora?

Pregunta-Nadie. ¿Cómo cambia el virus el mundo?

En el resto del planeta hay nacionalistas, como Trump, que quieren volver al proteccionismo y castigan a la inmigración echando la culpa de la pandemia a la globalización.

Pregunta-¿Los aviones no la propagan más?

Se hubiera propagado igual, como anteriores pandemias. Lo que no debería propagarse es la estupidez de Trump al dejar sin fondos a las investigaciones de virología y zoonosis y al reducir el número de respiradores.

Pregunta-¿Cuál fue la excusa?

Es lo de menos: el caso es que quería recortar impuestos a los billonarios. Y es que el neoliberalismo puede lograr que las economías corran, pero deja a las sociedades como esos coches de hoy que te venden sin rueda de repuesto.

Pregunta-El vendedor te dice que por estadística.

Por la estadística que les conviene y que te deja tirado sin rueda; o sin respirador, y te mueres.

Pregunta-¿Cree usted más ahora en los economistas que en los epidemiólogos?

Somos igual de falibles, porque trabajamos con personas y sociedades: no son ciencias exactas.

Pregunta-¿Y confía usted en los bancos centrales?

A pesar de los 2,6 billones de dólares que la Reserva Federal está inyectando en nuestra economía, tenemos más paro que durante la Gran Depresión. Y es que el Gobierno está fallando.

Pregunta-¿Y la Unión Europea lo hace bien?

Me gusta cómo Dinamarca y otros países europeos gestionan su vuelta a la normalidad.

Pregunta-¿Por qué?

Porque protegen los empleos; no sólo dan dinero a la gente. Pero, para cualquier norteamericano, toda la UE aparece ahora como envidiable; porque tenemos el mayor gasto sanitario per cápita del mundo y las peores cifras de muerte e infección por la pandemia.

Pregunta-¿Qué hace a su sanidad tan ineficiente?

Que quienes más se mueran por ella sean los más pobres, porque eso deja indiferentes a quienes se sienten a salvo y pueden pagarse la mejor sanidad. Y ahora Trump carga contra lo mejor de nuestro sistema… ¡La ciencia!

Pregunta-¿Cómo?

Ha recortado un 30% los fondos públicos para ciencia, porque considera las mejores universidades y a los científicos una élite que castigar.

Pregunta-¿La pandemia acabará con su largo ciclo expansivo y por ende con Donald Trump?

Trump perderá no sólo por la economía; también porque la mayoría del país hoy quiere una sanidad gratuita y universal, acceso a la universidad para todos y control de las armas.

Pregunta-¿La gestión de la pandemia le puede costar la Casa Blanca?

Nuestras estadísticas en la pandemia son horrendas. Todos le acusan de falta de previsión al ver a Asia y a Europa sufrirla antes y seguir negándola. Y ahora se compara su gestión con la eficiencia alemana al hacer millones de tests.

Pregunta-Pocos países han conseguido hacerlos.

Pero ¿sabe usted que en Queens miles de personas dependen de la caridad y la solidaridad de otros ciudadanos estos días para comer?

Pregunta-¿Habrá pronta recuperación económica?

No creo, pero lo importante es que en ningún caso sea un tiempo perdido y si nos lleva más de un año recuperar el empleo, que los jóvenes lo inviertan en formarse y los gobiernos en mejorar nuestros sistemas sanitarios; y todos, en que nuestras economías sean más robustas.

Pregunta-¿Cómo saldremos de esta?

En el mundo pospandemia la ciencia no servirá a la economía sino más bien al revés.

Pregunta-Eso suena bien.

Y eso fortalecerá a las democracias; pero también sistemas autoritarios que querrán usarla para minar las democracias.

Que el euro sea cura; no dolor

En el 2012 acompañé a Anya y Joseph Stiglitz a cenar con Carmen Netzel y comprobé cómo el Nobel tomaba notas sobre los recortes presupuestarios que sufría nuestra sanidad: “El euro –dijo, también tomé notas– no ­debe repartir sufrimiento, porque eso acabará con la UE”. Y, de nuevo, el BCE puede darnos el antiinflamatorio providencial contra la pandemia o dejar que nos hundamos en la insolvencia. Pero Stiglitz ya no duda de la viabilidad del euro ni teme que sea nuestra camisa de fuerza. Reconoce, además, que ningún modelo de los que usaban hasta hoy los economistas como él, que dirigió el Banco Mundial, sirve para analizar es- ta recesión: “Un insólito shock de demanda y oferta a la vez intelectualmente estimulante”. ¡Ojalá diseñe pronto nuevos modelos!

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Artículos escritos por Joseph E. Stiglitz en El País

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